Esta obra es una pintura al óleo de grandes dimensiones: 303x585 cm. Muestra una reproducción literal de la sala de la National Gallery con el mismo nombre, pero sin obras, totalmente vacía. Surge de una reflexión de Georges Bataille acerca de la vinculación entre el origen del museo moderno y la guillotina, y pretende mostrar cómo, desde 1800, el arte sigue gravitando sobre el poderoso eje de la institución museística, con el museo actuando como instrumento de escisión. “Ante la ley” es el título de un breve relato de Franz Kafka, en el que un pobre iletrado implora repetidamente la entrada al guardián que custodia la puerta de la ley, pero éste le niega reiteradamente el paso. Hace referencia a la petición, a la súplica de acceso y, a su vez, a la preeminencia absoluta de la ley. 

 

Sobre “Ante la Ley”, esta gran pintura en trampantojo, el comisario Alejandro Ratia escribe: “Lluís Hortalà representa el marco de la mirada en el museo. Se representa a sí mismo en ausencia, ante la puerta de una sala de la National Gallery. En perspectiva aparece la fuga de las puertas consecutivas. La silla del vigilante también está vacante. Esta silla sola es suficiente para indicar su presencia. Una silla como otras tantas que han ido apareciendo en su obra escultórica, custodiando eternamente a la mirada, a un lado, o frente a sus espejos opacos. 

 

El mecanismo del museo queda ratificado como mito, y revelado al mismo tiempo como engaño. Un engaño que nos mantiene junto a él, postrados ante una puerta que no se cerrará hasta después de que seamos incapaces de atravesar su umbral, que nos mantiene bajo el embrujo de una imposibilidad.